Roger de Hoveden laborioso cronista del siglo XII:

Abstract

El siglo XII fue una época de grandes transformaciones políticas, económicas y sociales en Europa Occidental, y fue también un tiempo de renovada efervescencia intelectual y cultural: un período en el que el afán por el conocimiento, el arte y la ciencia adquirieron una relevancia impensada en los inestables siglos que le precedieron. En la Inglaterra de entonces, y en particular durante los reinados de Enrique II y Ricardo I Corazón de León, este florecimiento de las ideas tuvo una expresión nítida en la corte y el clero, que pronto se convirtieron en el escenario ideal para que se asentara una nueva cronística, una remozada forma de narrar los hechos que entre sus atributos, entre otros, contaba con una clara opción por la descripción cronológica y detallada de los acontecimientos y por la búsqueda de fuentes y testimonios que dieran sustento a la narración, primeros atisbos del relato de la historia tal como la conocemos en la actualidad. Protagonistas de esta transformación, en la Inglaterra del Imperio Angevino un grupo de estudiosos sobresalió tanto por su elevado número como por su capacidad de sintetizar los hechos de la corte británica, y en algunos casos de Europa, en extensos y muchas veces minuciosos relatos. Uno de ellos fue Roger de Hoveden, cronista que se distinguió entre sus pares por su fuerte apego a la narración documentada, así como por la búsqueda consciente de un trato imparcial y lo más objetivo posible de los personajes y las circunstancias de los sucesos que relata.